jueves, 15 de octubre de 2009

Una historia de lobos.

El otro día, navegando por las conversaciones pasadas de hace meses, encontré esta historia que le copié a una amiga en una conversación, la pude recuperar pero tuve que cambiar y volver a escribir gran parte que se perdió.

Ya casi ni recuerdo de esta historia, ni cuando la escribí, solo sé que en los foros que la subí a la gente le gustó bastante. Espero que a los leyentes de este blog también les guste.


Todavía recuerdo, a mi edad, aquel día, la primera vez que vi un lobo, aquel gran y hermoso lobo negro de ojos amarillentos que me miraba des de detrás de las verjas del zoo, des de ese momento, lo siento, lo sentí, él quería salir, yo quería romper las verjas, sentía una voz que me llamaba

<<Rompe las verjas, líbrame de esta jaula y huiremos juntos, a un lugar mejor, un lugar donde halla un sitio para nosotros... >> Fue en ese mismo instante, cuando sentí los ojos del lobo penetrar entre los poros de mi pálida y joven piel, cuando sentí que no quería estar ahí, al igual que ese lobo, quería librarme de las verjas de mi vida.

En ese momento comprendí lo que el lobo quería decirme, yo, una niña huérfana, sola, con nadie más que mis tíos los cuales ignoraban mi existencia, yo, no era más diferente que aquel lobo, solitario, independiente, encerrado en aquella jaula.

Sus ojos puestos sobre los míos y lo míos sobre los suyos, bajé de todo pensamiento que circulara por mi colapsada mente .

<<Ann, nos vamos>> interrumpió mi tía pasando por de detrás de mi tocando mi espalda, me empujón hacia delante, hacia la negra verja de aquella pequeña jaula donde se encontraba el lobo <<Volveré>> Le dije al lobo acompañado de una sonrisa, el lobo respondió mis palabras asintiendo suavemente con el hocico.

Marché corriendo detrás de mi tía, que ya se encontraba lejos de donde yo estaba en aquel momento

Me sentía culpable, mi remordimiento no me dejaba dormir, me pasaba las noches en vela, dibujando aquel lobo, tras esas firmes verjas del zoo, lo imaginaba sufriendo, y todavía me duele pensar, en todo lo que él tuvo que sufrir.

Días más tarde, me enteré de que aquel lobo, escapó del zoo. Sentí una especie de liberación de mi misma, y sin pensarlo, corrí hacia fuera, entre la espesa nieve de diciembre. Corrí sin rumbo, dejando todo atrás, la fría nieve helaba mis pequeños pies, haciendo que me desplomara cientos de veces al suelo agotada. Una vez crucé el pequeño monte que se encontraba a las afueras de la pequeña cuidad donde yo vivía, caí desplomada al suelo, completamente agotada, y nevó, se puso a nevar, la mayor nevada que había visto en mi corta vida, pero ahí, entre los finos y brillantes copos de nieve que destacaban entre el paisaje negro del cielo, apareció el lobo, se acercó sereno sin vacilaciones hacia mi, y reposando entre mis brazos se tumbó, noté como mi frío y casi desnudo cuerpo entraba en calor, poco a poco notaba como mis pies descalzos volvían a responder. Dormí, como no lo hacía en semanas, en mis sueños no estaba, o quizá sí, solo dos lobos, el apuesto y precioso lobo negro , que, ahora reposaba entre mis brazos y una preciosa y resplandeciente loba canela, con los ojos miel.

Los dos jugaban en medio de un prado cubierto de flores blancas, algo interrumpió mi sueño, fue el aullido de una manada, a lo lejos. Toda una manada de lobos sentados observando atentos hacia donde nosotros nos encontrábamos. El lobo negro se levantó situándose frente a mi, todos los demás lobos se acercaron y se postraron ante el lobo negro, me levanté y para mi sorpresa, todo lo que veia, lo veia a ras del suelo, yo, ahora, era aquella loba de mis sueños. El lobo me miró con aquellos ojos azules esmeralda que penetraban en mi cabeza como los rayos de sol. <<Por fin despiertas...>>Dijo girándose hacia mi, se senté en el suelo mirándome con aquellos ojos que tanto me fascinaban. <<¿Yo...?>> Fue lo único que logré que saliera de mi boca. <> Se acercó y frotó su hocico contra el mío, sentía su respiración, escuchaba el latido de mi propio corazón, decidida, una vez el se alejó de mí, me acerqué a la manada, firme, situándome contra el lobo negro. <<¿Recuerdas ya todo..?>> El lobo hundió su hocico en mi cuello, descansando, en ese preciso instante, sentí como toda mi vida pasaba ante mis ojos, todo lo que había vivido anteriormente, en mi vida anterior, en mi vida real, como loba.

<<Gracias, Spike>> Recordé el nombre de aquel lobo y me uní a la manda.

Ya han pasado algunos años des de aquello, no sé si mi querida tía se preocupó por mi al desaparecer, pero somos los últimos, nuestra manada fue la única que sobrevivió. El que fue de los demás, no lo sé, solo que la nieve no deja de caer des de entonces, y hoy, mi único día humano del més, viernes de luna llena, escribo lo poco de mi pasado, ahora, junto a Spike, y al resto de mi manada, correré en busca del paraíso, aun que muramos, sé, que allí nos encontraremos todos de nuevo, espero que sobrevivamos para ver el fin del mundo y ver el nacimiento del nuevo mundo, el mundo que será nuestro, el mundo de los lobos.